Genaro García Luna, antiguo secretario de Seguridad Pública de México y una de las figuras más poderosas del sexenio de Felipe Calderón, fue sentenciado este miércoles a 38 años de prisión por una corte federal de Brooklyn.

El juez Brian Cogan, encargado del caso, impuso la condena histórica tras declarar al exfuncionario culpable de recibir sobornos millonarios del Cartel de Sinaloa y colaborar con la organización criminal durante más de dos décadas.

La sentencia, de 460 meses de prisión, marca un hito en la relación entre México y Estados Unidos al ser la primera vez que un exalto funcionario mexicano es condenado en territorio estadounidense. Además de la pena carcelaria, Cogan le impuso una multa de dos millones de dólares. Durante la audiencia, el juez destacó la gravedad de los crímenes de García Luna y rechazó la solicitud de la defensa para reducir la condena a 20 años.

“Tiene la misma matonería que El Chapo, solo que la manifiesta de forma diferente”, sentenció Cogan, en referencia al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, quien también fue juzgado en ese mismo tribunal en 2019. El juez justificó la condena aludiendo a la “doble vida” del exsecretario, quien aprovechó su posición en el Gobierno para proteger al cartel mientras se presentaba como un abanderado de la lucha contra el crimen.

García Luna, de 56 años, apareció en la audiencia con semblante rígido y traje oscuro. Al dirigirse al tribunal por primera vez, se defendió afirmando que era víctima de intereses políticos. “Yo no he cometido ninguno de estos delitos”, aseguró, mientras pedía al juez la oportunidad de volver con su familia. Sin embargo, su discurso no logró conmover a la corte. “Usted es culpable, señor”, sentenció Cogan, cerrando cualquier posibilidad de indulgencia.

Por su parte, la fiscal principal Saritha Komatireddy fue contundente en su acusación: “Él ayudó al cartel, él protegió al cartel, él era el cartel”. La fiscal subrayó la complicidad de García Luna con el crimen organizado y afirmó que su sentencia es un mensaje clave para combatir la corrupción en México. “México no es una república bananera, es un vecino importante”, enfatizó, aludiendo a la trascendencia de este caso en la relación bilateral.

El exsecretario fue hallado culpable en febrero del año pasado tras un juicio que se extendió por cinco semanas. El jurado lo encontró responsable de cinco delitos: tres cargos por conspiración para traficar cocaína, uno por participar en una empresa criminal continua y otro por mentir a las autoridades estadounidenses. La sentencia se retrasó en cinco ocasiones debido a peticiones de la defensa, que buscaba anular el juicio alegando irregularidades. Sin embargo, el mes pasado, el juez Cogan desestimó las solicitudes tras revelarse que García Luna intentó sobornar a otros reclusos para que declararan a su favor.

Con esta condena, las autoridades estadounidenses buscan sentar un precedente contra la corrupción gubernamental en México. El caso de García Luna no solo expone los vínculos entre funcionarios de alto rango y el narcotráfico, sino que también deja claro el costo de la colusión entre el poder político y el crimen organizado.

La sentencia del juez Cogan cierra el capítulo judicial de uno de los casos más emblemáticos en la historia reciente de la justicia internacional, con repercusiones que podrían marcar la política anticorrupción en ambos lados de la frontera.