Con el Viernes de Dolores a la vuelta de la esquina, Héctor Milliani, destacado gestor cultural y miembro de los organismos organizadores de la Semana Santa en San Juan de Dios en Atlixco compartió emocionado los detalles de los preparativos para esta festividad.

 

El próximo viernes 22 de marzo marcará el inicio de la Semana Mayor, y en San Juan de Dios, la comunidad se prepara para celebrar con fervor el tradicional Viernes de Dolores. Milliani destacó la importancia de mantener viva esta celebración, que en algunos lugares ha dejado de celebrarse, pero que en Puebla y Atlixco se está rescatando con entusiasmo.

La jornada comenzará a las 5 de la tarde con una procesión desde San Juan de Dios, recorriendo las calles del barrio en un acto de meditación sobre los dolores de la Santísima Virgen. La procesión culminará en San Francisco con una solemne Eucaristía, seguida del emotivo momento conocido como "ya lloró la Virgen".

Una parte importante de estos preparativos es la elaboración de alfombras de aserrín, una tradición que Milliani describe como un arte efímero. Los vecinos se organizan para crear estas alfombras, que abarcan más de un kilómetro y medio de calles. Aunque el trabajo es arduo y meticuloso, Milliani enfatiza que se hace con amor y devoción hacia las imágenes titulares, así como para acompañar a Jesús en su vía crucis.

Los vecinos comienzan temprano la colocación de las alfombras, un proceso que, aunque elaborado, es efímero ya que las alfombras quedan destruidas tras la procesión. Milliani destaca la participación de turistas y niños en esta labor, que fortalece el sentido de comunidad y hermandad en el barrio.

El gestor cultural también comparte su orgullo por la respuesta positiva de turistas, incluso de otras regiones como Tlaxcala y el Estado de México, que se unen a la comunidad en la colocación de las alfombras. Este año, se espera la visita de más personas de diferentes lugares para participar en esta hermosa tradición.

En San Juan de Dios, la Semana Santa es más que una celebración religiosa; es un momento para unir a la comunidad, fortalecer la identidad cultural y transmitir valores de devoción y solidaridad entre generaciones.