Hermanas Silva preservan tradiciones con ceras escamadas en Tochimilco
Entre las tradiciones que envuelven al municipio de Tochimilco, las hermanas Irene y Marilu Silva han encontrado en la elaboración de ceras escamadas no solo una forma de preservar una antigua tradición, sino también una fuente de ingreso para sus familias.
Desde hace cuatro años, estas artesanas decidieron aprender esta técnica para contribuir a la riqueza cultural de la región y mantener viva la esencia de los altares de Día de Muertos.
“Queremos que la tradición de los altares siga viva en Tochimilco”, comentaron en entrevista
“Sabemos que la luz de las ceras es esencial para guiar a las ánimas y que los altares tradicionales nunca deben faltar”. Además de estas fechas, las hermanas producen velas especiales durante el año para Rosarios y otras festividades.
La cera escamada es clasificada como arte popular y en Tochimilco, alrededor de unas 15 familias se dedican a la elaboración de ceras escamadas, una tradición con más de 80 años de historia. Sin embargo, no es una tarea sencilla.
La técnica de “escamar” implica habilidad y rapidez, pues trabajar con las manos calientes representa un riesgo físico considerable con el paso del tiempo.
El proceso puede durar aproximadamente 20 minutos por vela de tamaño mediano, sin contar la decoración que debe hacerse manualmente con cintas, imágenes y pintura, según los pedidos de los clientes.
Estas ceras se venden entre 30 y 150 pesos, dependiendo del tamaño y los adornos, precios que los visitantes del municipio consideran accesibles, especialmente por la dedicación artesanal que cada pieza implica.
A pesar del paso del tiempo, las familias de Tochimilco continúan colocando sus altares como dicta la tradición, con niveles de tela, papel picado y ceras escamadas que simbolizan la luz para las almas que regresan. Además del consumo local, los turistas que visitan el municipio se han sentido atraídos por estas piezas artesanales.
“Nos alegra ver que cada año más personas se interesan en nuestras ceras, no solo porque apoyan nuestra economía, sino porque esto mantiene viva nuestra identidad”, señalan Irene y Mariluz.
Con el Día de Muertos, las hermanas Silva y las familias de Tochimilco continúan trabajando arduamente para tener listas las ceras que iluminarán los altares. Gracias a su esfuerzo, esta tradición se mantiene como un emblema cultural que perdura generación tras generación.