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Don Ángel, un ejemplo de trabajo

Don Ángel, un ejemplo de trabajo

Él es Ángel Rojas, tiene 77 años de edad y es globero. Trabaja todos los días, y para poder vender toda su mercancía camina alrededor de 20 kilómetros, recorriendo gran parte de las carreteras y calles de Atlixco.  A pesar de su discapacidad, él prefiere trabajar y no depender de su familia.

Desde muy chico se dedicó a trabajar y se ha desempeñado en múltiples oficios, desde albañil, cargador, ayudante en un rancho y otras actividades, pero nunca ha dejado de estar activo, asegura que se aburre, “siempre es mejor estar en la calle trabajando que en la casa sin hacer nada”.

Justamente así fue como lo abordamos, en la calle, bajo los rayos del sol y apenas una pequeña sombra lo cubría. Mientras descansaba, solo veía el pasar de los coches.

Nos acercamos a él, y tratando de ganarnos su confianza con alguna broma, una sonrisa descubriendo la ausencia de una pieza dental, nos indicaba que ya habíamos “roto el hielo”, fue ahí que le pedimos una entrevista.

Para nuestra sorpresa la vida de Don Ángel no estaba basada en quejas, como en muchas historias que hemos contado. No, don Ángel es alegre, firme y no se queja. Agradece todo el apoyo que la gente le da. Comenzó su relato diciendo que sabe que lo conocen muchas personas, que lo saludan, pero él no se detiene y sigue su camino, un largo camino de andanza que emprende desde temprana hora.

Prefiere que no lo saluden, se “destantea” porque al intentar responder el saludo se marea y en ocasiones a llegado a caerse. La última vez se mareó y se cayo dándose un fuerte golpazo en la cabeza que no duda en mostrarme. Se quita la gorra y me enseña el chichón “mejor no me hablen, ya no me quiero caer” dije entre risas.

Él no habla por teléfono, tampoco le gusta que le regalen ropa por que no la puede cargar, ni comida por que es medio desconfiado, solo si tiene mucha sed se toma un agua o que realmente confíe en quién se lo da, porque “uno nunca sabe”.

Si usted lo quiere apoyar puede comprarle algún globo, algún peluche o juguete que vende y de esta manera el puede ganarse la vida. Y aunque tiene su apoyo de adulto mayor, asegura que lo reparte entre su familia, por que el dinero “no lo es todo” hay otras cosas que tienen más valor, como el trabajo, por ejemplo, dice don Ángel.

Para Don Ángel los jóvenes que no trabajan son una vergüenza, no comprende cómo es que hay tanto joven sin hacer nada, sin estudiar, o enfocado en las drogas “pues pretextos pueden tener muchos, pero que aprovechen su juventud, un día, si es que llegan, estarán como yo, y no van a hacer nada de sus vidas, ojalá y valoraran más lo que tienen”

La charla se extendió por más de 30 minutos, y podría haber sido más si no es porque ya se quería ir a trabajar. Caminar y trabajar son lo que más le gusta y a pesar de la pandemia él no se mantuvo en el encierro “Si me encierran me muero”.

 

Sin duda don Ángel es todo un ejemplo de vida y tenacidad