
Laura Franco Blanco, mejor conocida como La Chinita, una figura emblemática de Izúcar de Matamoros por su labor como vendedora de elotes y líder del grupo Guardianes de Izúcar, se debate entre la vida y la muerte tras ser brutalmente golpeada por un vecino la noche del 8 de marzo.
El ataque ocurrió en la calle Reforma del barrio de Santiago Mihuacán, a escasos metros de la Universidad Tecnológica de Izúcar de Matamoros (UTIM). Según testigos, la agresión fue tan violenta que Laura quedó inconsciente en el suelo. A pesar de los intentos desesperados de sus amigos por reanimarla, fue necesario llamar a una ambulancia y a la policía, cuyos tiempos de respuesta fueron cuestionados por la comunidad.
De acuerdo con versiones cercanas, la víctima ya había recibido amenazas de muerte por parte de su agresor, cuya identidad no ha sido revelada y hasta el momento permanece prófugo.
Actualmente, La Chinita se encuentra hospitalizada en estado crítico, mientras que la denuncia por el ataque ya fue presentada ante las autoridades. Sin embargo, la incertidumbre sobre su salud y la falta de justicia generan indignación en la población.
Este caso deja en evidencia no solo la violencia que persiste en la región, sino también la urgencia de acciones efectivas por parte de las autoridades para proteger a las víctimas y castigar a los responsables.