El reciente enfrentamiento entre la Marina y una banda de ladrones de vehículos en Acatlán de Osorio, que resultó en la muerte de Juan Vergara Bautista, no solo expone la violencia que azota la región mixteca, sino que también revela las complejas redes familiares y políticas que permean en el municipio de Petlalcingo y que impera desde hace muchos años.

Juan Vergara Bautista, quien cayó abatido el 31 de diciembre tras recibir ocho impactos de bala durante el enfrentamiento, era hijo de Juan Carlos Vergara Tapia, exalcalde de Petlalcingo (2008-2011) por el PRI, quien desde 2010 permanece prófugo de la justicia, acusado de la violación de dos encuestadoras de la entonces Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

La conexión familiar entre el abatido, el exalcalde prófugo y la presidenta municipal activa Isabel Vergara Tapia ha despertado suspicacias entre los pobladores y actores políticos.

El operativo de la Marina en Acatlán de Osorio, donde también resultó herido un elemento de las fuerzas armadas, quedó asentado en el número de la carpeta de investigación correspondiente al FGEP/CDI/FEIDVGCM/CJMACATLAN-I/0017450/2024 y refleja el desafío que enfrentan las autoridades para contener la creciente violencia en municipios donde los límites entre poder político y estructuras delictivas parecen diluirse.

Para la presidenta municipal de Petlalcingo, el reto no es menor. La muerte de su sobrino no solo es una tragedia familiar, sino un recordatorio público de los cuestionamientos que pesan sobre su administración y sobre los vínculos históricos de su familia con episodios oscuros.

El caso Vergara Bautista no puede analizarse como un evento aislado; es un síntoma de un problema estructural que atraviesa a muchos municipios del estado.

El silencio oficial frente a estos señalamientos ya no es suficiente. La respuesta de las autoridades locales, estatales y federales ante este caso podría marcar un punto de inflexión para entender si realmente existe voluntad para romper los lazos que mantienen atadas a regiones como Petlalcingo a ciclos interminables de poder, impunidad y violencia.