La administración de la presidenta municipal Irene Olea Torres resolvió las 6 anomalías heredadas por la pasada administración municipal y que fueron detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

La anomalía más grave fue la que identificó el Órgano Fiscalizador Federal, a quien el gobierno anterior no le pudo demostrar la fuente de financiamiento de una obra pública realizada durante la gestión 2018-2021, además de que los responsables de ese gobierno no llevaron a cabo los procedimientos conforme a las normas operativas vigentes.

Particularmente la ASF señala como responsable de esta posible omisión al titular de la Tesorería durante la administración pasada.

Así, la Controlaría del actual Ayuntamiento emprendió un procedimiento para determinar las responsabilidades administrativas a que haya incurrido el ex funcionario municipal.