Por más de 20 años colocan altar frutal monumental en honor a la Virgen de Guadalupe
Por más de 20 años, comerciantes del tianguis en la colonia Álvaro Obregón de Atlixco han rendido homenaje a la Virgen de Guadalupe con un altar único, un monumental arreglo frutal de más de 5 toneladas.
Este altar, es obra de la señora Margarita Mejía Paredes y su familia, desde hace casi 30 años, ellos comenzaron esta tradición como una forma de agradecer a la “Morenita” por las bendiciones recibidas cada año.
En entrevista, Margarita relató cómo inició este tradición “Nace a partir de que pusimos una virgen muy chiquitita y le pedimos al padre que fuera a oficiar una misa, pero dijo que no porque solo éramos cuatro personas. Entonces vimos la fuente y quisimos llenarla de fruta para semejar un frutero y así que más gente se uniera, años después se sacó de la fuente y ahora es un altar diferente”
El altar está compuesto por una impresionante variedad de frutas como plátanos, piñas, fresas, melones, naranjas y manzanas, todas dispuestas con esmero para enmarcar la imagen de la Virgen de Guadalupe y de San Juan Diego, representando el cerro del Tepeyac.
Sin embargo, el costo de esta obra ha aumentado con el tiempo debido al incremento en los precios de las frutas. Aunque Margarita no lleva un registro exacto de los gastos, asegura que la inversión es considerable
“Ahora tan solo el kilo de naranja está en 12 pesos, entonces imagínese cuánto gastamos. Pero lo hacemos con gusto porque es para la virgen y agredecerle”
La instalación del altar comienza el 11 de diciembre, con al menos 10 horas de trabajo para que esté listo el 12 de diciembre, día en que los feligreses pueden apreciarlo y asistir a la misa programada al mediodía.
El 13 de diciembre, toda la fruta del altar es obsequiada a quienes acuden al lugar. Margarita resalta el mensaje de compartir como un acto de fe
“Todo se regala, esa es la idea, que nos enseñemos a compartir lo poco o mucho que te da la vida y Dios. El día que todos aprendamos a compartir, va a ser otro México.” expresó.
Para Margarita, esta acción no solo es una ofrenda, sino un acto de agradecimiento. Durante la pandemia, a pesar de trabajar en el tianguis, ni ella ni su familia contrajeron el virus.
“El no enfermarme ya para mí eso es un milagro, una ganancia, y con eso me doy por bien servida.”
Finalmente, Margarita invitó a todos a reflexionar y a conservar esta tradición que tiene como objetivo generar consciencia y ser generosos con todos.