En México, además de los platillos tradicionales que nos caracterizan a nivel mundial, existe un tesoro gastronómico que ha sido transmitido de generación en generación: los dulces típicos mexicanos. Estas delicias artesanales, que son elaboradas en distintas regiones del país, no solo endulzan los paladares, sino que también cuentan con siglos de historia, remontándose al intercambio de productos entre Mesoamérica y el mundo durante la época colonial.

Pedro Ríos, un vendedor de dulces típicos con más de 18 años de experiencia, comparte en una entrevista cómo ha sido este viaje culinario en Atlixco, Puebla. Según él, ofrece una amplia variedad de más de 20 dulces tradicionales, pero son tres los que destacan como los favoritos entre los locales y turistas: “Sin duda, las alegrías, el dulce de leche y las cocadas son los más vendidos,” comenta Ríos con entusiasmo.

Entre sus productos estrella, Ríos destaca la cocada, un dulce 100% casero que prepara cada semana junto a su familia. "La cocada es un dulce sencillo pero lleno de sabor. Utilizamos coco rallado fresco, azúcar y un toque de canela. Todo es hecho en casa, sin conservadores, para garantizar su frescura y calidad. Los fines de semana es cuando más la vendemos, ya que la gente disfruta de estos productos artesanales en sus paseos por Atlixco", menciona con orgullo.

Pedro también hace una invitación a todos aquellos que quieran probar estos manjares, y aprovecha para promover Atlixco como un destino lleno de cultura, historia y tradición: "No se trata solo de los dulces, es una experiencia completa. Atlixco es un lugar lleno de tradiciones, con un clima y paisajes increíbles. Vengan a conocer nuestro pueblo, sus festividades, y por supuesto, a probar nuestros dulces típicos”.

Cada dulce típico mexicano cuenta una historia, y es reflejo de una fusión culinaria entre las culturas prehispánica y española que sigue presente en la actualidad. Estas creaciones no solo adornan las mesas en las festividades, sino que son parte del día a día de muchos mexicanos, siendo una deliciosa manera de conectar con nuestras raíces.