Los conflictos en la junta auxiliar de San Pedro Benito Juárez no cesan, ya que dos grupos siguen disputándose el control de la iglesia local, buscando obtener beneficios económicos y sociales derivados de esta, en Atlixco.

Por una parte existe un grupo que tiene casi nueve años al frente de la iglesia, uno como fiscal con sus mayordomos. Ellos buscan que el párroco que llegue respete los usos y costumbres de la comunidad, como la elección del fiscal y sus mayordomos, la celebración de las misas y que no haya cobros excesivos o discriminación.

Por otra parte, otro grupo con otro fiscal y otros mayordomos fueron elegidos por el pueblo en asamblea, lo que para muchos no cumple con las normas antiguas, pues un fiscal debe ser puesto por el grupo anterior y ya en asamblea elegir a los mayordomos.

Este segundo grupo apoya al párroco
Bartolo Lara Campos, y por el presidente auxiliar quienes hacen uno de las instalaciones como la instancia de día para cuestiones de la iglesia lo que ha provocado inconformidad entre la población.

Tras mantener cerrada por cuatro meses la iglesia y la presidencia auxiliar este domingo reabriendo la presidencia provocando coraje entre los habitantes ya que la iglesia permanece cerrada.

Entre empujones, golpes y malas palabras continúan las disputas y los enfrentamientos. Hay que recordar que en el mes de abril se liaron a golpes dejan varios heridos.

La mañana de este domingo, los vecinos se reunieron en una asamblea para buscar acuerdos que permitieran la reapertura de la presidencia municipal, cerrada desde hace tres meses por uno de los grupos como medida de presión para controlar la iglesia. La discusión fue acalorada, ya que la decisión de reabrir la presidencia no contó con el consenso de todos los presentes, lo que dejó en evidencia la profunda división que persiste.

Este conflicto, que lleva más de ocho años en la comunidad, ha llevado a algunos vecinos a solicitar la intervención de la Secretaría de Gobernación estatal, sin que hasta ahora se haya logrado una solución definitiva.

La falta de un acuerdo entre ambos grupos mantiene tensión en la comunidad, ya que existe el riesgo de que la presidencia auxiliar sea cerrada nuevamente.