
La Semana Santa se acerca y la Cuaresma culmina. Después de este momento predilecto para alejarse del ruido mental, los males emocionales y el dolor interno, llega el descanso que, como explica el Mtro. Arturo González González, SJ, director del Centro de Formación y Acompañamiento para el Desarrollo Integral de la IBERO Puebla, viene a renovar el espíritu después del sufrimiento.
“Estamos en un mundo convulsionado, herido, que nos lleva por caminos que no son los de Dios, y tampoco los de las personas que más sufren en el mundo”. Por ello, el Mtro. González González, SJ llama a “luchar contra el mal que se anida en nuestro corazón”, y hacer una introspección profunda durante en la Cuaresma.
Una vez consciente de estas heridas internas, que son la expresión del dolor de Jesús en la cruz que debemos sentir y dimensionar a través de todos esos males que nos habitan, la Semana Santa llega como ese momento de renovación y resurrección. “Pidamos al Señor que salgamos en esta Semana Santa con el espíritu del resucitado, que nos trae la paz y nos consuela, y nos da una misión”.
Esa misión es la de ayudar, consolar y cuidar a las otras y otros en el mundo. En este momento de descanso, hay que adoptar “la misión de ayudarle a Dios a salvarnos todos juntos, con su deseo profundo de que nadie se pierda. Esto es mantener la esperanza en que todo estará bien si nos mantenemos juntos como hermanos y hermanas”.