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En un esfuerzo por mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, la Casa del Abue se ha convertido en un espacio de encuentro, aprendizaje y bienestar para más de 180 abuelitos y abuelitas de la comunidad. A través de actividades como yoga, baile, clases de autoestima y talleres de reciclaje, este lugar les brinda herramientas para fortalecer su seguridad, confianza y salud emocional.
Más que un centro de convivencia, un segundo hogar
Gabriela Moro, auxiliar administrativo de la Casa del Abue, destacó que actualmente más de 180 adultos mayores acuden regularmente a este espacio. Además, mencionó que el costo de la comida es de tan solo 16 pesos, mientras que todos los talleres y clases son completamente gratuitos, lo que permite que más personas puedan beneficiarse de estas actividades.
Por su parte, Valeria Domínguez, tallerista del centro, detalló que los grupos de actividades reúnen entre 40 y 50 participantes en cada sesión. Entre los talleres más populares se encuentran las pláticas de autoestima, manualidades y antiestrés, diseñadas para ayudar a los asistentes a fortalecer su confianza y bienestar emocional.
El impacto en la vida de los abuelitos
Beatriz Penagos, también auxiliar administrativo, resaltó la importancia de las clases de psicología, ya que en estas sesiones los asistentes pueden hablar sobre sus experiencias personales con las maestras, lo que les ayuda a desahogarse y encontrar apoyo emocional.
Las propias beneficiarias de la Casa del Abue, María Guadalupe y Aurora Sánchez Moreno, compartieron que desde que asisten a este centro han notado un cambio significativo en su bienestar físico y emocional. Ambas coinciden en que este espacio no solo les ha permitido mantenerse activas, sino que también les ha cambiado la vida al mejorar su estado de ánimo y ayudarles a socializar con otras personas.
Un modelo de apoyo integral para los adultos mayores
La Casa del Abue se consolida como un referente en el cuidado y la atención de los adultos mayores en Atlixco, brindándoles un espacio donde pueden mantenerse activos, aprender nuevas habilidades y, sobre todo, sentirse acompañados. Con actividades diseñadas para su desarrollo integral, este centro demuestra que la edad no es un límite para seguir creciendo, aprendiendo y disfrutando la vida.